martes, 14 de julio de 2015

CD 134 – Albert Sabin: “Quiero Que Mi Investigación Esté al Alcance de Todos”


Salk, Sabin y su aporte a la Medicina

En Estados Unidos, durante la primera mitad del Siglo XX, el verano fue una época terrible para los niños. La posibilidad de contraer polio, una enfermedad que podía afectar el sistema nervioso central y causar desde parálisis hasta su muerte, lógicamente preocupaba a todos los sectores de la sociedad.

Si bien la polio era más común en bebés y niños, nadie estaba exento. Ni siquiera Franklin D. Roosevelt quien contrajo la enfermedad en 1921 a los  39 años de edad quedando en silla de ruedas, lo cual, si bien no le impidió ganar 4 elecciones presidenciales, le costó la vida antes de finalizar la última en 1945.

Claro que los problemas de salud de Roosevelt también fueron el comienzo de la solución para la lucha contra el virus. En 1938, Franklin Delano aportó gran cantidad de dinero a la Fundación Nacional para la Parálisis Infantil la cual promovía la investigación para la elaboración de una cura definitiva.

Hacia principios de la década de 1950 aparecieron alrededor de 50.000 nuevos casos. La sociedad estaba a la espera de una solución y ésta no tardaría en llegar de la mano de los doctores Jonas Edward Salk (1914-1995) y Albert Sabin (1906-1996).

Salk, hijo de inmigrantes rusos-judíos, Médico egresado de la Universidad de Nueva York y Profesor Adjunto de Epistemología de la Universidad de  Michigan fue quien primeramente se colocó las vestiduras de héroe.

Estaba convencido de que el mismo principio del “virus muerto” que había utilizado años antes para desarrollar una vacuna contra la gripe funcionaría también para la polio y el hecho de producirla con bacilos desactivados no podría causar accidentalmente el contagio en los inoculados.

Una de las dificultades, sin embargo, era que se necesitaban grandes cantidades de polio virus para producir una vacuna de virus muerto. En 1949 los virólogos John Enders, Thomas Weller y Frederick Robbins habían descubierto  (ganándose el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1954) que el polio virus podría generarse en cultivos de tejidos no nerviosos en un laboratorio lo cual era uno de los eslabones fundamentales en el camino de Salk para poder presentar su proyecto a gran escala ante los laboratorios que producirían y comercializarían posteriormente la tan festejada vacuna.

Mientras tanto una nueva solución, pero esta vez a base de virus vivo de la polio, estaba siendo desarrollado por Sabin.

Albert Sabin nació en 1906 en Bialystok, Rusia (hoy parte de Polonia) pero a sus 15 años como consecuencia de las persecuciones y los malos tratos contra los judíos derivados de Revolución de Octubre de 1917, debió huir junto a sus padres y sus 3 hermanos hacia Nueva Jersey (Estados Unidos). Aunque Sabin no sólo tuvo la tarea adaptarse a una nueva tierra sino aprender una nueva lengua, nada de esto fue obstáculo para que en 1931 se graduara en el Doctorado en Medicina en la Universidad de Nueva York.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Sabin dejó de lado la investigación de la polio que había comenzado años antes para servir en el Cuerpo Médico del Ejército de Estados Unidos. Allí investigó sobre otras enfermedades como la encefalitis y el dengue transmitido por insectos trabajando en vacunas para ambas. Al finalizar la guerra aceptó el puesto de profesor de pediatría en la Universidad de Cincinnati College de Medicina con el objetivo de volver a sus estudios sobre la poliomielitis. Para aprender más acerca de la enfermedad que transmitía el virus, él y sus colegas llevaron a cabo autopsias a las víctimas de la poliomielitis en Cincinnati y alrededores obteniendo como resultado que el virus afectaba primeramente el tracto intestinal y luego al sistema nervioso central.

Casi al mismo tiempo que Salk trabajaba en una vacuna de virus muerto, Sabin comenzó a desarrollar una basada en virus vivos atenuados. Sabin sintió que una vacuna oral sería superior a una inyección dado que sería más fácil de administrarla. Luego de identificar 3 diferentes tipos de cepas, Sabin comenzó a hacer las primeras pruebas en seres humanos incluyéndose a él mismo, a su familia, a asociados de investigación y a los reclusos de la cercana Chillicothe Penitenciario.

Debido a que la vacuna de Salk estaba siendo utilizado con éxito en los Estados Unidos, Sabin no era capaz de conseguir apoyo en ese país para una prueba de campo controlado a gran escala como lo había tenido el anterior ensayo. Fue entonces la Unión Soviética quien en 1957 financió el trabajo de Sabin para que luego el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzaran a producirla y utilizarla masivamente.

Hoy día tanto en Argentina como a nivel mundial ambas experiencias siguen vigentes y conviven a la par. Si bien principalmente se utiliza la Sabin por ser menos invasiva, en casos de niños que por causas médicas no pueden recibirla vía oral son inyectados con la vacuna de Salk.


(Para cambiar de track presione >>)

Descargar:










Producción General y Edición: Blanca Curia

No hay comentarios: