domingo, 28 de julio de 2019

CD 232 – Con Voz Propia: Julio Cortázar: Cuando lo Fantástico Forma Parte del Humanismo Liberador


Un sueño inconcluso

Por Hugo Montero e Ignacio Portela

“Si Cuba marcó el inicio de su participación militante, la liberación de Nicaragua fue la que le permitió integrarse de lleno a un proceso revolucionario. Su primer viaje a Nicaragua lo hizo clandestino junto a Sergio Ramírez, quien después sería vicepresidente de la junta rebelde, en un barco que los llevó a Solentiname. No se trata de un detalle menor, teniendo en cuenta que sus cualidades físicas pasaban muy poco desapercibidas. Pocos meses después de la caída de la dictadura de Somoza, Cortázar viajó por segunda vez para dar a conocer al mundo entero la realidad de un pueblo desesperado, que empezaba a dar sus primeros pasos hacia su liberación. En esos viajes se encargó de producir artículos periodísticos para confrontar las noticias difundidas por las agencias internacionales. También relató con su estilo diferentes impresiones, luego compiladas en Nicaragua, tan violentamente dulce. Niños de 15 años montando guardia y dispuestos a ir a la escuela, eran parte del terreno que él mismo se encargó de recorrer para luego sugerir acciones más concretas. Este diálogo con los sandinistas continuó hasta su muerte, al igual que la relación amistosa con sus máximos referentes. El proceso de alfabetización fue seguido muy de cerca, e incluso parte de sus obras fueron repartidas a los voluntarios alfabetizadores. También donó los derechos de autor de varios de sus libros a diferentes grupos identificados con la lucha por liberación americana: “Ayudar hoy a Nicaragua es ayudar a la causa de la libertad y la justicia en América Latina ¿Será por eso que esa ayuda es tan escasa, oh seudodemocracias de este mundo del norte y del oeste?”. Cuando le preguntaban sobre el acontecer nicaragüense creía menos en un proceso ortodoxo, que en una idea de liberación: “Una revolución es la sustitución total, dentro de la historia, del capitalismo por el socialismo, sin grados intermediarios. Lo que yo veo en el sandinismo, en cambio, es un movimiento de liberación”, explicó entonces.

“Yo ya no sé escribir como antes, hacia donde quiera que me vuelva encuentro la imagen de Haroldo Conti, los ojos de Rodolfo Walsh, la sonrisa bonachona de Paco Urondo, la silueta fugitiva de Miguel Ángel Bustos, y no estoy haciendo una selección elitista, no son solamente ellos los que me acosan fraternalmente, pero un escritor vive de otras escrituras, y siente, si no es el habitante anacrónico de las torres de marfil del liberalismo y del escapismo intelectual, que esas muertes injustas e infames son el albatros que cuelga de su cuello”, escribía en 1980, mientras desde Argentina un puñado de grises intelectuales lo criticaban por calificar como “genocidio cultural” a lo que hacían los militares, como negando con soberbia aquella realidad que destruyó a un país desde su elemento más sensible.

Cortázar viajó a La Habana, a Managua y a Buenos Aires en sus últimos días. Allí se despidió de sus amigos y alcanzó a recoger algo de lo mucho que había sembrado a fuerza de talento y presencia militante. La verdad le dio la espalda más de una vez, el dolor lo agobió por aquellos días tristes, el silencio y la indiferencia lo acompañaron no pocas veces. Su voz de genuino artista hoy se confunde con el murmullo empecinado de unos cuantos que lo obligaron siempre a disculparse antes de opinar, que le impusieron el pago de un derecho de piso que nunca le correspondió. “Me invade cierta melancolía al pensar que el tiempo disminuye para mí. Tengo suficiente lucidez para comprender que no asistiré a la materialización de mi sueño: la soberanía total de la América Latina, pero de ningún modo asocio esto a una sensación de fracaso. Estoy seguro de que los procesos históricos se cumplirán, que los libros que ya nunca escribiré serán obra de otros creadores latinoamericanos”, reconoció en 1983, cuando el final se acercaba.”




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Ficha Técnica: 
Entrevista que Julio Cortázar le concedió a Joaquín Soler Serrano, para el programa "A Fondo" (Con las Primeras Figuras de las Letras, las Artes y las Ciencias) producido por Radio Televisión Española (RTVE) Realización: Ricardo Arias. Producción: Jesús González. Dirección y Presentación: Joaquín Soler Serrano

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