jueves, 19 de noviembre de 2020

CD 268 – Con Voz Propia: Pacho O’Donnell y Osvaldo Soriano: “La Voz de los Perdedores Solitarios”


El contador de patos 

“Conocí a Osvaldo Soriano en 1973, cuando se publicó mi primera novela, “Copsi”, y fue él quien me hizo la entrevista para el suplemento cultural del diario La Opinión que entonces dirigía Juan Gelman. A partir de allí nos arreglábamos para encontrarnos de tanto en tanto con algún pretexto. O era el azar quien se ocupaba de eso. 

Empezaré por decir, por afirmar, que fue un gran escritor. De los que dejan huella, que se agrandan con el tiempo. Lo literario le fluía como respirar, como andar. “No me interesa la literatura, yo solo soy un escritor”, decía. Su conexión con el lector era casi amorosa, leer uno de sus libros era una ceremonia placentera, honda, que terminaba sin que uno lo deseara. Por suerte escribió varios, sin disminuir nunca su calidad, y sobre todo, su asombrosa comunión con lo que la realidad oculta, disimula, pero es el lugar del encuentro, del desciframiento, también de la anticipación. Pero esa “naturalidad” no solo era producto de un bendito y envidiable talento innato sino también de una obsesiva dedicación. “Corregía tanto que llegaba un momento que decía ‘paro aquí porque si no no va a quedar nada’”, cuenta su esposa Catherine

Fue muy leído, tuvo éxito en aquello a lo que todo escritor aspira aunque lo disimule y pretenda transformar en mérito su fracaso, su desencuentro con el lector. Hubo colegas, algunos muy influyentes en el canon del prestigio, que le retacearon o le negaron el reconocimiento. Eran los herederos de quienes le criticaban a Roberto Arlt sus faltas de ortografía y sus temas burdos, escribir sin tener en cuenta lo que la Academia, con eterna sede del otro lado del mar, legislaba como pertinente. “Se dice de mí que escribo mal. No tendría dificultad en citar a numerosa gente que escribe bien y a quienes únicamente leen correctos miembros de sus familias (...) El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura, no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierren la violencia de un cross a la mandíbula”. R. Arlt, prólogo de “El lanzallamas”, citado por el Gordo en distintas oportunidades. 

Soriano sufría por esto. No le perdonaban que hubiera crecido por fuera de capillas y complicidades, que amara el fútbol, que no disimulara que era un reo simpático e impertinente, que no creyera que escribir fuera mejor que jugar de 9 en su amado San Lorenzo. Sus detractores lo acusaban y lo acusan también de haber cimentado su fama sobre un astuto manejo de los mecanismos del mercado literario. Cierta vez que nos encontramos en Barcelona, acababa de salir uno de sus libros en España, no tuve otra idea que felicitarlo, con la mejor intención, por su “carrera literaria”. No me miró con bronca, era demasiado generoso, sino con tristeza, como disculpándose. Después nos reímos, claro.” 


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Track 01: Archivos O’Donnell: Osvaldo Soriano (30:52) 

Ficha Técnica:  

Vida y obra del escritor y periodista marplatense Osvaldo Soriano (1943-1997), autor de "No habrá más penas ni olvido", "Cuarteles de invierno" y otros libros. Su paso por medios como “Primera Plana”, “Panorama”, “El Cronista Comercial” y “La Opinión”, en los que trabajó junto con grandes figuras de las letras argentinas, y un recorrido por su vasta obra literaria.
La entrevista se contextualiza con un repaso biográfico, narrado por la actriz Ingrid Pelicori. 


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